sábado, 3 de marzo de 2012

Son la igualdad y la libertad, no el dinero, lo que da la felicidad


La incesante persecución de la felicidad por parte de los seres humanos explica que la consecución de tan elevada (a veces inalcanzable) meta haya sido estudiada desde casi todas las perspectivas posibles. La psicología positiva, tan en boga de un tiempo a esta parte, pretende utilizar el conocimiento acumulado sobre la mente humana para aspirar a hacernos elices.
 
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¿Pero qué factores nos llevan a ser más felices? Según la sabiduría popular, el dinero no es uno de ellos, por más que dediquemos ingentes cantidades de energía en perseguirlo. El dinero -sostienen los que estudian estas cosas- nos deja satisfechos, pero no felices. Hilando más fino, hay quien sostiene que el dinero sí da la felicidad…pero sólo hasta una cifra: 58.000 euros anuales (lo que, por cierto, deja fuera al 90% de los españoles), que sería el “mínimo” para dejar de preocuparse por el engorroso aspecto material de la existencia y preocuparse por el bienestar emocional y espiritual.

Eso explicaría que los ciudadanos de los países que se consideran más felices tengan un elevado PIB per capita, pero no sean necesariamente los más ricos del mundo. Según el estudio más completo realizado al respecto, el que hace anualmente el Instituto Legatum, Noruega sería el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca y Finlandia. Estados Unidos no aparece hasta el décimo puesto y España en el 23.
Despejada la variable económica -importante, pero no determinante- hay que analizar otros aspectos comunes a las sociedades más felices para encontrar el “mínimo común múltiplo” de la dicha colectiva. ¿Qué tienen en común los países escandinavos, que invariablemente encabezan estas clasificaciones? La igualdad: al contrario de lo que sucede en países profundamente desiguales como Brasil, Nigeria o EEUU, en Dinamarca, Suecia o Noruega, el PIB per capita sí es indicativo de la redistribución de la riqueza; se parece, aunque lejanamente, a una media de la riqueza individual.
El otro factor nada desdeñable es la libertad. El siguiente gráfico establece la correlación entre la felicidad y la libertad percibida por los ciudadanos de diversos países. Una vez más los países europeos, y dentro de ellos, los nórdicos, se agrupan en el vértice superior, allí donde coinciden la libertad y la felicidad. Libertad e igualdad: ya tenemos dos de los tres principios que promovía la Revolución Francesa. ¿Cómo medimos la aportación de la fraternidad a la felicidad?
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Fuente: http://www.cookingideas.es/libertad-felicidad-20120302.html
DJ

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